TIEMPO DE PASCUA –
DOMINGO II – CICLO – B
DE LA DIVINA
MISERICORDIA
La resurrección, vivida sinceramente, nos transforma, haciendo
de nuestras Comunidades ambientes de Paz, Perdón y solidaridad real.
Hch. 4, 32-35: "La multitud de los creyentes tenía un solo
corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios... Los
apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor...
Ninguno padecía necesidad, porque los que poseían tierras o casas las vendían y
ponían el dinero a disposición de los apóstoles, para que se distribuyera a
cada uno según sus necesidades".
Salmo 117: "¡Den
gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su Amor!"
1Jn. 5, 1-6: "El
que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios; y el que ama al Padre, ama
también al que ha nacido de Él. La señal de que amamos a los hijos de Dios es
que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos... el que ha nacido de Dios
vence al mundo. Y la victoria... es nuestra Fe. ¿Quién es el que vence al
mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo vino por el
agua y por la sangre... Y el Espíritu da testimonio, porque... es la verdad".
Jn. 20, 19-31: "Al
atardecer del primer día de la semana, los discípulos estaban con las puertas cerradas
por temor a los judíos. Llegó Jesús y, poniéndose en medio de ellos, les dijo:
«¡La Paz esté con Uds.!»... les mostró sus manos y su costado... les dijo de
nuevo: «La paz esté con Uds.! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío
a Uds.»... sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo. Los pecados
les quedan perdonados a los que Uds. se los perdonen, y serán retenidos a los
que Uds. se los retengan». Tomás... no estaba con ellos... le dijeron: «¡Hemos
visto al Señor». Él respondió: «Si no veo... no creeré» Ocho días más tarde...
apareció Jesús... dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo... Acerca tu mano... En
adelante no seas incrédulo, sino hombre de Fe». Tomás respondió: «¡Señor mío y
Dios mío!» Jesús le dijo: «...¡Felices los que creen sin haber visto»... Éstos [signos]
han sido escritos para que Uds. crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios,
y, creyendo, tengan vida en su nombre".
Nunca será fácil
convertirse, pero Dios
lo hace posible. La Comunidad nacida de la resurrección de
Jesús es fruto de la transformación que Dios obra en los
que se fían de Él.
Las decisiones de la persona nacen
del corazón e implican toda el alma,
es decir, todas sus energías. Las palabras ‘corazón’ y ‘alma’
que aparecen en el primer texto de hoy tienen
significado simbólico, no físico
ni moral.
Dios actúa en el Amor, y quien le recibe en la
Fe –que es el único modo de aceptar a Dios– vive en esta dinámica, esencialmente solidaria.
El primer bien que debo
dar a mi hermano es obedecer
lo que Dios me pide y compartir los bienes
recibidos del Dios de Salvación.
Después de la resurrección, el único cuerpo de Cristo que se puede ver es su Comunidad de Fe
Los pecados que llevan a la
destrucción de la sociedad son la codicia y la soberbia, que son correlativas,
se corresponden, marcándose más o menos
una de las dos tendencias. La Comunidad de los discípulos de Jesús da
testimonio de Él superando, constantemente, ambas
con su solidaridad y su servicio al bien y a la verdad,
como Jesús le enseñó con su vida.
Signo
de la resurrección es atender
las urgencias del bien verdadero de los
hermanos.
En la Comunidad sólo la Fe en el Señor Jesús resucitado lleva al testimonio del Amor al otro
No siempre es fácil ver cuál es el bien real de los hermanos: para
guiarnos están los mandamientos y la Palabra de Dios, ellos nos orientan
y aclaran
los criterios de una vida de Fe.
Confesar a Jesús
supone seguir sus criterios
y éstos nos llevan a vivir
como hijos de Dios.
El Espíritu de Jesús nos anima a construir en su Amor
una Comunidad abierta y servicial.
Jesús resucitado se aparece a los apóstoles y les da los dones de la Pascua: la Paz y el Espíritu
La Fe es un don que Dios entrega a todos los que
quieren ‘ver’ como Jesús, pero hay
que pedirlo, pues ello significa reconocer
nuestra necesidad y nuestra pobreza. Tomás se
abrió.
Con la Fe podemos
recibir la Paz del Resucitado y su Espíritu que nos
lleva al perdón.
Por la Fe aceptamos
vivir la Misión de ser testigos, como Jesús, del Amor del Dios-Vida.
En la Fe somos
capaces de ver a Jesús en todos los necesitados que siempre nos rodean.
Pidamos a María creer como
ella y construir nuestra Comunidad
alimentando nuestra Fe.
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