CICLO A – TIEMPO ORDINARIO – DOMINGO II
La Misión de Jesús es universal, por eso crea una
Comunidad con la misma Misión: ofrecer a todos la Salvación –Justicia– que
salva a todos del pecado
Is. 49, 3-6: El Señor me dijo: «Tú eres mi
Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré.» Pero yo dije: «En vano me fatigué;
para nada... he gastado mi fuerza.»... mi derecho está junto al Señor... Y
ahora, habla el Señor, el que me formó desde el vientre materno para que yo sea
su servidor, para hacer que Jacob vuelva a Él y se le reúna Israel. Yo soy
valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: «...Yo te
destino a ser luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los
confines de la tierra.»
Salmo 39
2.4ab.7-10: Aquí estoy, Señor, para hacer tu
Voluntad.
1Cor. 1, 1-3: Pablo,
llamado a ser apóstol de Jesucristo por Voluntad de Dios, y el hermano
Sóstenes, saludan a la Iglesia de Dios... a los que han sido salvados en Cristo
Jesús y llamados a ser santos, junto con todos los que en cualquier parte
invocan el Nombre de Jesucristo... Señor de ellos y nuestro. Llegue a Uds. la Gracia
y la Paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Jn. 1, 29-34: Juan vio acercarse a Jesús y dijo:
«Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A Él me refería
cuando dije: “Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía
antes que yo. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que Él
fuera manifestado a Israel.”» Y Juan dio este testimonio: «He visto al Espíritu
descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre Él. Yo no lo conocía,
pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre el que veas
descender el Espíritu y permanecer sobre Él, Ése es el que bautiza con el
Espíritu Santo.” Yo lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios.»
“Yo
lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios”.
El testimonio es directo y claro, sin lugar a dudas. Y ¿a qué vino el
Hijo de Dios a nuestra historia? A bautizar “con el Espíritu Santo”.
Y ¿cómo lo hará? Viviendo como “el Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo” y salva
a todos llamándolos a ser Santos y dándoles la
Gracia y la Paz que proceden de Dios.
En el rito
antiguo los pecados se abandonaban en Dios en el sacrificio del cordero
y la liberación de Egipto se había dado gracias a la sangre
del cordero sacrificado; ahora en la nueva
alianza que inicia Cristo Jesús con el don
de su vida, Él es el único Salvador
de toda la naturaleza de Adán, que Él
asumió plenamente. Es el único que quita todo el pecado
de todo ser humano y su historia. ¡Abrámonos!
Este domingo complementa el
anterior en el que se nos presentaba la persona de Jesús: ahora se nos
presenta explícitamente su misión universal. Gracias a Él de “cualquier parte”, dice Pablo, “invocan el Nombre de Jesucristo”,
el Señor de todos. Invocar el Nombre de Dios es ser salvo,
dirá la Escritura.
Podemos
ser débiles, y lo somos: nuestro
invocarlo, en muchas ocasiones, se queda casi
en palabras, aunque desearíamos
ser mucho más coherentes y lamentamos nuestra gran pobreza. Pero una
cosa es esto y otra, muy diversa, sería invocar el Nombre de Dios y
rechazarlo: eso de ningún modo,
¡nos repugna!
Jesús es el Salvador de todos y nuestra misión de Bautizados –también inundados
por el Espíritu Santo– es decir, como
“cuerpo de Cristo”, según la realista imagen de Pablo, y cumpliendo la Misión de nuestra Cabeza –haciéndola historia–, es llevar esta Salvación
“hasta los confines de la tierra”, y de la vida, como “servidores” de Dios en Cristo Jesús.
Ser cristiano, por esencia, es
ser misionero siempre. No es reclutar
adeptos,
sino ayudar al hermano a que se encuentre con Jesús y le siga a Él como Él desea.
El
servidor presentado por Isaías cumplirá su misión universal al dar su vida para
vencer el pecado
La primera misión de Israel
era llevar la presencia de Dios a todas partes.
Dios siempre Salva a todos.
El
Siervo de Dios será solo para Él
y cumplirá a plenitud esta misión hasta
el fin del tiempo y el espacio
La Voluntad de Dios es la
salvación de todos y para eso Dios consagra a sus siervos ayer, hoy y siempre
Dios
llama
a todos los bautizados a que sean –cada
uno de ellos– “cordero de Dios” para los
hermanos. La Voluntad de Dios es que
superen
su pecado y acompañen al hermano en este duro camino de libertad.
En
Cristo, los pastores tienen la misión de
ayudar a vivir esta Misión universal a toda la Comunidad.
Si la
Comunidad vive el don de su vida en Cristo Jesús, la
Salvación será una oferta real para todos.
Jesús, el Hijo consagrado por
el Espíritu, dando su vida, quita el pecado y salva a todos y para siempre
La imagen del “Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo”, debe llenarnos de paz, esperanza y consuelo, nos
dice el Papa: los cristianos no debemos
jamás perder ni las ganas de seguir ni la alegría.
Ningún pecado o
degradación nos condena, si luchamos por vivir y caminar en
el Señor y su Voluntad.
El
Hijo de Dios vino a quedarse, a caminar con nosotros, a
orientarnos, a sanarnos:
¡ABRÁMONOS!
Pidamos a María aprender cada día a vivir la Misión salvadora de Jesús en nuestro mundo concreto.
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