Felices Pascuas de Resurrección

Felices Pascuas de Resurrección

jueves, 27 de mayo de 2010

La Santísima Trinidad por Monseñor José Alemani Grau


Con frecuencia se preguntan las personas por qué la liturgia no hace una gran fiesta el día de la Santísima Trinidad.

Lo primero que habría que contestar es que, por parte de la liturgia, ese día es “solemnidad”, es decir, que está clasificado entre las fiestas más importantes del año litúrgico.

Otros se extrañan de que no haya grandes procesiones y fiestas por parte del pueblo de Dios.

Les podemos contestar también que depende de diócesis y pueblos porque, en el Perú, hay zonas donde se tiene por patrona a la Santísima Trinidad y por cierto con algunas imágenes de las tres Divinas Personas muy interesantes.

También podríamos aclarar, finalmente, que para la liturgia todas las oraciones de todas las fiestas del año van siempre dirigidas a la Santísima Trinidad y que continuamente se la invoca de muy distintas maneras. Por ejemplo, rezando el “Gloria al Padre y al Hijo..” o al echarnos la bendición cuando hacemos muchas de las cosas del día diciendo “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Lo que sí quisiera hoy es resaltar dos puntos concretos y prácticos.

Primero que meditemos los textos tan bellos de la fiesta de la Santísima Trinidad.

Lo primero que encontramos es la oración, que se llama “colecta” porque recoge los sentimientos o motivaciones más importantes del día.

En ella vemos cómo la Iglesia agradece al Padre Dios el que haya enviado al mundo su Palabra y su Espíritu para descubrir a la humanidad el misterio más grande del cristianismo, el de la Santísima Trinidad.

A continuación la Iglesia pide la fe verdadera en el misterio trinitario; el conocimiento de la gloria divina de la Trinidad y la gracia de adorar su unidad todopoderosa.

El libro del Éxodo, por su parte, nos presenta a Dios definiéndose a sí mismo: “Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad”.

San Pablo en su carta a los corintios, en un párrafo muy breve pero que nos resulta muy conocido porque muchos sacerdotes lo dicen al comienzo de la eucaristía les desea: “la gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con ustedes”.

Y el evangelio de San Juan nos habla del amor de Dios Padre que nos entregó a su Hijo para nuestra salvación.

De esta manera, con estas tres lecturas, que pertenecen al ciclo A, la Madre Iglesia nos presenta el mayor misterio de nuestra fe.

Por otra parte será muy bueno que en este día especial recordemos que este misterio tan importante lo llevamos dentro de nosotros y, aunque San Pablo reconociendo nuestra pequeñez diga que lo llevamos en vasijas de barro, sabemos que toda nuestra grandeza nos viene precisamente del tesoro que llevamos dentro y que podríamos decir que es el tesoro escondido del que habla Jesús en el Evangelio y por el que nos dice que es necesario jugárselo todo para no perderlo nunca.

Sobre este punto quisiera llamarte la atención.

El gran secreto de la santidad está precisamente en vivir conscientemente este regalo de Dios que es Él mismo. Con la Santísima Trinidad dentro tenemos asegurada la vida eterna.

Hacer consciente este misterio, recordarlo frecuentemente, adorar al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, invocar a la Santísima Trinidad y dar gracias al Dios uno y trino por tantas maravillas como ha hecho para salvarnos.

Aprovechar también para pedir, en la intimidad, tantas cosas que necesitamos… Ante todo el perdón de nuestros propios pecados y después tantas gracias para nosotros y para nuestros seres queridos.

Todo esto y mucho más nos lo inspirará el Espíritu Santo para ayudarnos a conseguir del Padre Dios todos los tesoros que Jesucristo nos ha merecido con su muerte y resurrección.

Y no me resisto a terminar sin recordar estas bellas palabras de Pablo a los romanos, donde nos habla de la grandeza de Dios:

“¡Qué abismo de generosidad de sabiduría y de conocimiento el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y que irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que Él le devuelva?

Él es el origen, guía y meta del universo. A Él la gloria por los siglos. Amén”.

José Ignacio Alemany Grau, Obispo

domingo, 23 de mayo de 2010

NI SABEMOS QUE HAY UN ESPÍRITU SANTO. Por Mons.José Ignacio Alemany G.


Pablo llegó a Efeso, encontró algunos discípulos y les preguntó:
- “¿Han recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe?
Ellos contestaron:
- “Ni siquiera hemos oído decir que haya Espíritu Santo”.
Entonces Pablo les preguntó:
- “¿Pues qué bautismo han recibido?”
Contestaron:
- “El bautismo de Juan”.
Como Juan Bautista había sido un gran evangelizador, le costó muy poco a Pablo convencerlos de que debían recibir el bautismo de Jesús.
Cuando Pablo les impuso las manos, descendió sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas extrañas y a profetizar.
Hay muchos católicos que tampoco saben gran cosa del Espíritu Santo.
Para muchos todo lo que se refiere al Espíritu, termina en una confusión.
Lo mismo pasa con lo que se refiere a la Santísima Trinidad: Todo se reduce a echarse la bendición y si se conversa sobre Ella, todo se confunde.
También es cierto, por otra parte, que hay grupos importantes en la Iglesia de hoy que se han hecho grandes amigos del Espíritu Santo.
Con Él adoran, cantan, baten palmas…
Aprovechemos la cercanía de Pentecostés para recordar algunas verdades importantes que nos dicen la Escritura y la Teología sobre el Espíritu Santo.
* Ante todo, sabemos que el Espíritu Santo fue quien encarnó al Verbo de Dios virginalmente en el seno de Santa María.
* El Espíritu fue conduciendo a Jesús durante toda su vida y lo ungió públicamente el día del bautismo en el Jordán.
* En la Última Cena Jesús les dijo a sus discípulos que les convenía que se fuera al cielo para enviar, desde el Padre, el Espíritu Santo. Este Espíritu será quien acompañe a la recién nacida Iglesia por los caminos de la historia, hasta la segunda venida de Jesús, cuando regrese como Juez de toda la humanidad.
Sigamos hablando del Espíritu Santo:
* El Espíritu Santo es Dios, como el Padre y el Hijo. Nos gusta recordar que los Santos Padres llamaban al Espíritu Santo la “Boca del Padre”.
Para entender esto, utilicemos una comparación humana: Así como cuando yo tengo un pensamiento lo doy a conocer a los demás mediante palabras salidas de mi boca, de la misma manera el Padre Dios nos comunica su pensamiento (que es la Segunda Persona de la Trinidad, y lo llamamos “Verbo” o “Palabra”) a través del Espíritu Santo. De ahí el nombre de “Boca del Padre”.
* Por otra parte el Espíritu Santo es Persona, una de las tres de la Trinidad Santa.
Sabemos que toda persona puede relacionarse con otras. Por consiguiente si tú eres persona y el Espíritu Santo también, tú puedes comunicarte con Él.
Pero hay que tener en cuenta que como Él es infinito y tú eres limitado, este poder comunicarse es siempre un regalo de Dios.
* También nos enseña la Escritura que el Espíritu Santo habita en nosotros como en un templo.
No olvides nunca que tú eres templo del Espíritu Santo y que lo más grande que hay en ti es el Dios que habita en lo más profundo de tu conciencia.
Aprovecha siempre esta cercanía de Dios que te llevará a la perfección.
* Ten presente, pues, que puedes adorar al Espíritu Santo, y debes hacerlo, porque es Dios y como tal recibe “una misma adoración y gloria que el Padre y el Hijo”.
Además debes tener en cuenta que Él quiere y puede ser tu Amigo. Por eso puedes hablarle en la intimidad de tu corazón ya que puedes relacionarte con Él, sin salir de ti mismo, porque Él está dentro de ti.
Finalmente, recuerda siempre que, si el Espíritu Santo quiere ser tu Amigo, debes darle tu tiempo, contarle tus cosas y ser dócil a sus inspiraciones.
¿Te gustaría fomentar la amistad con el Espíritu Santo?

viernes, 21 de mayo de 2010

“Sean fieles a las enseñanzas de Don Bosco, siempre cobijados bajo el manto de la Auxiliadora, “Y una cita: ¡Espero a todos en el Paraíso!”



“Sean fieles a las enseñanzas de Don Bosco, siempre cobijados bajo el manto de la Auxiliadora, “Y una cita: ¡Espero a todos en el Paraíso!” (P. Eugenio Pennati)

Ha fallecido el P. Eugenio Pennati, un sacerdote bueno, un hombre santo, un intelectual de primera línea, un hombre muy identificado con Piura, muy preocupado por la historia de la Obra Salesiana en Piura. Tuve el honor de conversar en varias oportunidades con él e intercambiar información al respecto. Los últimos contactos fueron en Lima a través del jóven aspirante Oscar Montero Córdova, a quien el P. Eugenio le contó algunas anecdotas respecto a los años en que trabajó por la obra Salesiana en Piura. El P. Eugenio tuvo un papel importante al frente del Colegio Salesiano Don Bosco de Piura, él fue el que inicio la construcción de su actual edificio. Les invito a conocer algunos razgos de su vida.

EL P. EUGENIO PENNATI ARI SDB

Nació en la provincia de Brescia en Italia, el 22 de enero de 1920. Fue el sexto de 10 hermanos. De sus padres aprendió el sentido del deber, cumplido, aún con sacrificio, y el amor a los necesitados. De sus hermanos aprendió a convivir en alegría con personas de diferente edad y temperamento; lo cual le facilitó la vida en Comunidad como Salesiano. Desde los cinco años aprendió a ayudar la Misa y desde entonces ya tenía ese vehemente deseo de ser sacerdote.

A los once años ingresó al Aspirantado Misionero de Penango. A los 15 años, terminando el cuarto año de secundaria, se le presentó la posibilidad de venir al Perú, sin dudarlo un instante aceptó. Fue un sacrifico muy grande especialmente para sus padres. Después de largo viaje de 24 días en barco, llegó al Callao el 21 de noviembre de 1935. En Magdalena del Mar hizo su noviciado y los primeros años de estudios eclesiásticos. Después del Tirocinio práctico, en 1943 comenzó los estudios de Teología en Santiago de Chile, donde se ordenó de sacerdote el 1º de diciembre de 1946.

Comenzó en Magdalena del Mar como Director de estudios; con igual cargo pasó a Lima-Breña y tras un breve paréntesis en Bolivia. Llegó a Piura como Director de Estudios. De 1951 a 1953 estuvo en Bolivia como Rector del Seminario Diocesano de Cochabamba (1954-1958). En 1959 regresó a Piura como Director del Colegio salesiano. Uno de los grandes méritos de su gestión fue la construcción del Colegio Don Bosco, el mismo que fue inaugurado en 1962. La obediencia lo trasladó a Lima-Breña, donde en 1965, tuvo la inmensa satisfacción de inaugurar el Colegio S. Francisco de Sales.

Cuando joven le pusieron de sobrenombre “Gregory Peck”. En efecto era como el referido actor, de porte atlético y ojos verdes. Su vida transcurrió entre los jóvenes. Aún cuando fue Inspector de Chile, Bolivia, Director de Casas Salesianas, incluso con propuestas para la Carrera Diplomática, decidió siempre dedicar su vida a los jóvenes
Fue Inspector en Chile y Bolivia por pocos años. En 1972 estuvo nuevamente trabajando en Piura, hasta 1978. Ese año fue llamado a Roma, a la Casa Generalicia, para acompañar al Consejero General de la formación. Al fallecer dicho Superior, en 1981, pidió volver al Perú, siendo destinado a la Casa de Formación de Chosica.
El Padre Eugenio Pennati es considerado uno de las grandes luminarias que ha pasado por estas tierras Piuranas. Pedagogo, psicólogo, teólogo, predicador extraordinario y escritor ampliamente conocido, es autor de una serie de obras entre ellas el libro de la Presencia Salesiana en el Perú, los inicios, escrito conjuntamente con el P. Cirilo Calderón, con ocasión de celebrarse 100 años de la llegada de los Salesianos al Perú. Su facilidad para entablar amistad su amabilidad, su fidelidad sacerdotal y su gran cariño por esta tierra en la que trabajó algunos años como educador y como Director, así como sus predicas muy elocuentes, su versatilidad en la enseñanza de los cursos de Religión, filosofía y Psicología, difusión de textos escolares le valieron el reconocimiento, la admiración, el cariño y el respeto de todos los piuranos. En una entrevista para la Campanilla, en una de las cuatro veces que le tocó ser predicador de la Novena de María Auxiliadora manifestó lo siguiente:

“En verdad el Señor, ha sido muy bueno conmigo. En particular debo agradecerle por los Hnos. Salesianos con los cuales he compartido el trabajo de estos largos años; en ellos he encontrado verdaderos “Hermanos”, y generosos colaboradores. En particular de Piura, conservó los mejores y más gratos recuerdos. A lo largo de los años he visto crecer la devoción a María Auxiliadora de modo impresionante. Pero extraño las fiestas que en su honor se celebraba en diferentes pueblos de Piura, en los domingos siguientes al 24 de mayo: La Unión, Sechura, Tamarindo, El Arenal, etc... A los ex alumnos les pido “Que sean fieles a las enseñanzas de Don Bosco, siempre cobijados bajo el manto de la Auxiliadora, “Y una cita: ¡Espero a todos en el Paraíso!”
El Señor ya lo tiene en el Paraíso gozando de su infinita misericordia
Francisco Rosas Castillo
Salesiano Cooperador

domingo, 2 de mayo de 2010

Reflexión dominical 25.04.10 LA PASCUA DE PABLO (Por: Monseñor José Alemany Grau)


Reflexión dominical 25.04.10


LA PASCUA DE PABLO (Por: Monseñor José Alemany Grau)

Sin ver, sin comer y sin beber.
Así comenzó la Pascua del Pablo apasionado por Cristo.
Joven, robusto, fuerte y feliz, Pablo está decidido a imitar a los grandes héroes de Israel.
Ha nacido una secta que le cae mal y decide acabar con ella. Consigue los permisos necesarios y allá va con un piquete de soldados.
En Damasco los cristianos lo esperan horrorizados por lo que se cuenta de él.
De pronto acontece lo inesperado:
Le sale al paso el enemigo al que persigue sin conocerlo.
El Resucitado en persona está delante de él y le encara:
¿Por qué me persigues?
A Pablo se le cae todo el montaje que traía.
De repente todo el Antiguo Testamento se llena de luz y se hace Nuevo.
Todo lo que Pablo conocía muy bien, cobra sentido: Dios ha cumplido las promesas y ha enviado al Mesías.
Lo tiene delante. Lo que era luz de estrella lejana, se hace oscuridad porque la luz nueva es tanta que se queda sin ver tres días.
Tampoco come ni bebe.
Como hace el derrotado de noble alcurnia, Pablo ha preguntado:
¿Qué tengo que hacer?
Se había rendido sin condiciones y Jesús le tomó la palabra.
Aquellos fueron los días más fecundos para la Iglesia primitiva.
Tres días como los que Jesús pasó en el sepulcro, porque también Pablo murió a tantas cosas del Antiguo Testamento y resucitó con Cristo a la nueva Alianza.
Tres días escrutando las Escrituras, para concluir, ¡qué ciego estuve tantos años sin descubrir que Dios ya ha cumplido todas sus promesas enviando a su Hijo único!
Y, por fin, llega la pascua de Pablo.
El santo sacerdote Ananías viene lleno de temor, esperando encontrarse un león, pero se encuentre un tímido cordero que espera el bautismo del Espíritu Santo.
Y Ananías, que posiblemente era el primero de la lista de Pablo para arrestarlo, se acerca y saluda:
"Saulo hermano, el Señor Jesús que te salió al paso en el camino, me envía para que recobres la luz...."
Y baja la luz del cielo Y Pablo recibe el Espíritu Santo con toda la fuerza de un gran Pentecostés.
Y ahora sí, recupera también la luz de sus ojos porque ya conoce el Camino que ha de seguir y que debe enseñar a todos los pueblos.
Y en adelante no se caerá nunca de los labios ni del corazón de Pablo el nombre de Jesús, "¡Mi Señor!".
¡Qué misterios tiene la gracia!
Cuando Pablo veía, andaba ciego y perseguidor de la luz y cuando quedó ciego, comenzó a ver...primero en el alma y luego aquella luz pasó también a los ojos y a la vida y al apostolado.
Sucede siempre lo mismo: los que creen ver, están ciegos de lo más importante y los que el mundo cree ciegos, son los únicos que ven.
Sí, porque sólo Jesús es la luz del mundo.
Estamos en Pascua, es el tiempo de la Luz y del Resucitado. Él debe llenar nuestra vida si queremos ser felices de verdad y para siempre.
Sólo Él nos pasó de lo viejo a lo nuevo, del Antiguo, al nuevo Testamento...de la muerte a la vida.

José Ignacio Alemany Grau, Obispo