Felices Pascuas de Resurrección

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domingo, 11 de julio de 2010

Reflexión dominical 27.06.10 ¿SERÁ VERDAD QUE AÚN HAY AMIGOS?

Ayer a orillas del mar estreché la mano de un amigo, en un compromiso para la Virgen.

En aquel momento pensé:

Precisamente hoy la liturgia (en el oficio de lecturas) nos ha presentado la hermosa imagen de una gran amistad bíblica, David y Jonatán.

Comentando el libro primero de Samuel el beato Elredo, tiene una bella reflexión sobre la amistad auténtica.

Jonatán mantiene una fidelidad absoluta a su amigo David.

Para entenderlo mejor hay que saber que Jonatán era el sucesor natural de su padre Saúl, en el reino de Israel.

Sin embargo se lo jugó todo, “sin atender a su estirpe regia ni a su futura sucesión en el trono, hizo un pacto con David precisamente cuando huía de su padre, cuando estaba escondido en el desierto, cuando estaba condenado a muerte, destinado a la ejecución… lo antepuso a sí mismo ensalzándolo y diciendo: “Tú serás el rey y yo seré tu segundo”.

¡Qué ejemplo de amistad verdadera!

Todos persiguen a David y sólo Jonatán “el único que podía tener algún motivo de envidia”, juzgó que tenía que oponerse a su padre y ayudar a su amigo, aconsejarlo en tan gran adversidad y prefiriendo su amistad al reino de Israel.

Cuando Saúl, su padre, condenó a muerte a David, Jonatán no traicionó a su amigo sino que se encaró con su padre diciéndole: ¿Por qué va a morir David? ¿Qué ha hecho?

David se jugó la vida cuando mató al filisteo; bien que te alegraste al verlo, ¿por qué va a morir ahora?”

Su padre maltrató a Jonatán que, sin embargo se mantuvo fiel a su amigo porque era totalmente injusto el proceder de Saúl.

El beato Elredo termina invitándonos también a nosotros:

“Esta es la verdadera, la perfecta, la estable y constante amistad:

* La que no se deja corromper por la envidia.

* La que no se enfría por las sospechas.

* La que no se disuelve por la ambición.

* La que, puesta a prueba de esta manera, no cede.

* La que, a pesar de tantos golpes, no cae.

* La que, abatida por tantas injurias, se muestra inflexible.

* La que, provocada por tantos ultrajes, permanece inmóvil”.

Después de leer esto no queda más que escuchar las últimas palabras del beato:

“Anda, pues, haz tú lo mismo”.

Qué bien nos viene en estos tiempos cuando todo se vende y tantas veces falta la fidelidad que aprendamos en la misma Biblia lo que es el verdadero amigo:

“Un amigo fiel es un refugio seguro; el que lo halla ha encontrado un tesoro.
¿Qué no daría uno por un amigo fiel? ¡No tiene precio!
Un amigo fiel es como un remedio que te salva; los que temen al Señor lo hallarán.
El que teme al Señor encontrará al amigo verdadero” (Si 6,14s).

Y los Proverbios (17,17) añaden: "El amigo ama en todo tiempo y es como un hermano en tiempo de angustia".

Ahora, pues, que por un lado es tan difícil la fidelidad y por otro la gente tiene la mente tan sucia, que lo bueno piensa que es malo y le encanta lo malo, estas palabras bíblicas sobre la amistad nos abren a todos un horizonte hermoso porque, en fin de cuentas, Jesús se nos presenta como el mejor de los amigos. Y nos muestra su amistad de dos formas:

Entregándonos su vida humana: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”.

Y entregándonos su vida divina: “Les he dado a conocer todo lo que sabía de mi Padre”.

Aprendamos a estrechar nuestras manos en sinceridad y aprendamos a ser fieles.

Tenemos que recordar también a Jonatán que juró una amistad eterna a David delante de Dios y la cumplió hasta la muerte.

Concluyamos con el hagiógrafo que dice:

Jonatán repitió el juramento hecho a David, por la amistad que le tenía, porque lo quería con toda su alma.

José Ignacio Alemany Grau, Obispo

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